Decenas de miles de personas celebraron hoy en Berlín el “Día de la calle Christopher”, dedicado al “orgullo gay”, con cañones de confeti, disfraces arriesgados, banderas arco iris y consignas varias en favor de la tolerancia.
En tono festivo, pero sin descuidar la reivindicación de fondo por la igualdad, más de cuarenta carrozas con miles de homosexuales y vatios de música partieron por la mañana del popular barrio de Kreuzberg en dirección a la icónica puerta de Brandeburgo, en el corazón de la capital.
“Mientras haya discriminación contra la homosexualidad en la sociedad, es importante salir a la calle” para combatirla, aseguró el alcalde de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, el primer alcalde alemán que reconoció su homosexualidad públicamente.
Wowereit, acompañado por los embajadores de Estados Unidos y Reino Unido, criticó las desigualdades latentes en Alemania en asuntos como el matrimonio o las herencias.
La marcha pasó por el monumento a los homosexuales perseguidos, situada en Potsdamer Platz, y luego frente a la embajada de Rusia, en donde se mostró una imagen de su presidente, Vladimir Putin, y de su primer ministro, Dimitri Medvedev, como si fueran una pareja.
De esta forma los organizadores del festival quisieron recordar la fuerte discriminación padecen los gays y lesbianas en Rusia.
El “Día de la calle Christopher” es una jornada internacional en defensa de la igualdad de los homosexuales que recuerda las redadas policiales contra gays y lesbianas, realizadas en la calle del mismo nombre en Nueva York en 1969.
Muchas ciudades alemanas se suman en distintas fechas a esta celebración. En Colonia (oeste del país), donde tiene el mayor festival del orgullo de Alemania, tendrá lugar esta marcha el próximo 8 de julio.
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