Por primera vez en la historia de Albania, donde un 70% de la población es musulmana, un grupo de homosexuales se reunió ayer en una plaza céntrica de Tirana para reivindicar públicamente sus derechos y enarbolar la bandera arco iris.
Por primera vez en la historia de Albania los homosexuales, bisexuales y transexuales se atrevieron a reivindicar públicamente su orientación sexual. |
La manifestación la organizó en el Día Mundial de Lucha contra la Homofobia la llamada Embajada Pink, que agrupa al colectivo LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) de Albania, que en su mayoría son jóvenes de entre 16 y 30 años.
“Hoy Albania está escribiendo un nuevo capítulo en su historia, junto con la comunidad LGBT. La Albania nueva del 2012 es Albania de la libertad, igualdad y fraternidad social”, declaró Altin Hazizaj, líder de la Embajada Pink.
En la congregación, vigilada por numerosas fuerzas de policía, destacaba un elevado número de invitados, entre diplomáticos extranjeros, representantes de organizaciones cívicas, del Gobierno, diputados y el Defensor del Pueblo, lo que contrastaba con la escasa presencia de homosexuales.
“A nuestro llamamiento ha respondido poca gente, pero como es la primera vez, debemos estar contentos. Es un gran logro enarbolar la bandera en el bulevar de Tirana”, comentó a Efe Artan Karoli, un activista LGBT.
Durante el comunismo, la declaración de homosexualidad era condenada con penas de hasta 10 años de prisión, según una ley que fue abolida en 1993, tres años después de la llegada de la democracia.
En la plaza, que se sitúa al lado del bulevar principal, adornada de globos y banderas arco iris, símbolo del orgullo gay, se habían levantado carpas en las que diferentes instituciones y organizaciones ofrecían materiales informativos y educativos relacionados con el respeto a los derechos humanos.
En Albania “solo la mención del tema de la orientación sexual provoca malas bromas, vulgaridad y amenazas. Hace dos o tres años esta manifestación era inimaginable”, afirmó en su intervención el embajador de Dinamarca, Henk van den Dool.
El diplomático destacó que el respeto a los derechos de los LGBT forma parte de las doce recomendaciones claves que Albania debe cumplir para avanzar en su camino de integración en la UE.
Pese a que el país ha ratificado tratados y convenios internacionales de protección de derechos humanos y contra la discriminación, la sociedad albanesa sigue siendo en su gran mayoría machista y homófoba.
Así, este conjunto de actividades bautizadas como Festival de Diversidad, que prevé también la apertura de una exposición fotográfica y el estreno de la película “Small Town Boy”, han sido acogidas mal por la comunidad musulmana, un 70 % de la población, que hoy ha organizado una protesta.
Bajo la consigna “A favor de la vida, familia y moral” un centenar de musulmanes, incluidas mujeres, han protestado contra lo que llaman “perversidad”, “desviación” y “degeneración de la sociedad”.
“Vuestra presencia aquí muestra los valores de la sociedad albanesa. Ellos (los homosexuales) están enfermos y hay que curarles. Su salida a la calle es inaceptable y supone una amenaza para la familia y la vida. Que se vayan a otro país”, declaró el imán Ahmet Kalaja.
La teóloga Merjem Qylafky ha llegado de la ciudad de Durres para protestar contra estas actitudes “viles” que la fe musulmana condena de la forma más severa, con la muerte.
Contra los derechos de los homosexuales se ha expresado, además, Ekrem Spahia, viceministro de Defensa y líder del Partido Monárquico, socio de Gobierno del primer ministro, Sali Berisha, que amenazó con golpear a los homosexuales que se manifestasen hoy.
Berisha ha considerado estas declaraciones “personales”, mientras que la delegación de la Unión Europea en Albania las ha calificado de “retórica discriminatoria que promueve el odio y la violencia”.
EFE
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