El Dr. Emiliano Litardo fue pieza fundamental en la redacción de la Ley de Identidad de Género aprobada recientemente. Como militante volcó su profesión al activismo jurídico con especial atención en los Derechos Sexuales de la Diversidad. Emiliano hace de la palabra “abogado” un lugar donde pueden convivir Derechos y Valores Humanos.
Flaco de apariencia endeble con una sonrisa full time, tímido pero no por eso menos luchador, es el abogado que aparecía en boca de las chicas cuando obtener el DNI parecía tarea imposible, o sea, hace un mes atrás. En la charla cuesta mucho sacarlo del terreno legal, de a ratos se puede virar hacia lo personal pero de toque por ley de alguna causa y algún efecto vuelve al activismo. Nacido en Cipoletti, Río Negro, empezó sus estudios de Química en la Universidad Nacional del Comahue en Neuquén y gracias a los bochazos en algebra terminó yendo hacia el Derecho. Mudanza entera familiar por trabajo y aterriza en la UBA.
En la gran urbe le costaba conectarse “yo venía muy lechuga, tipo paisano” dice, para vencer esto comenzó a militar en la Agrup. Socialista “la Palacios” y después se unió al grupo de educación popular dando clases en la villa 31, tenía veinte años y todo este proceso lo vivía en paralelo a su salida de closet. La intersección se dio con la creación de RESACA –revolución sexual anticapitalista- junto a Rodrigo Rotpando y Maxi Haedo, esto empezó como un grupo de dialogo y estudio, siguió más politico hasta irse a las calles y siguió pero sin Emiliano quien cortó todas sus actividades para recibirse. Dr. Litardo.
Es ley
Actualmente trabaja en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad con la Dra. Paula Viturro a quién considera su madrina académica, me cuenta que la admira y aprende junto a ella a pensar al género desde el Derecho con una visión crítica.
Su activismo legal orientado a las vulnerabilidades trans comenzó en la CHA donde junto a Iñaki Regueiro pudieron empezar a pensar un proyecto de ley problematizando y haciendo un relevo desde lo jurídico. Esta búsqueda invitó al diálogo y lo acercó a Mauro Cabral y de las muchas charlas, de ver las áreas flojas y hasta peligrosas de las propuestas hasta entonces presentados al Congreso salió, el primer bosquejo que Emiliano redactó, y la mesa de diálogo se abrió más aun trayendo a Lohana, Tadeo, Blas y muchxs más militantes trans independientes. Redactar en base a la propia experiencia trans. Hay Frente.
Me explica que los proyectos anteriormente presentados o los que veían del exterior eran conservadores, no se jugaban políticamente por el todo. Se planteaban burocracias como por ejemplo abrir una oficina de género, requerían estabilidad y permanencia en el género, es decir que la persona debía acreditar 3, 4 o 20 años siendo femenina o masculina, podían solicitar un comité de bio-ética y hasta hablaban de declaraciones juradas. Había que crear una Ley propia, acorde y real con las necesidades del colectivo.
“Es una ley superadora de la uruguaya, inédita en Latinoamérica y a nivel europeo. Una ley que dice que es posible tomar a la Ley de Identidad de Género como un Derecho Humano, que dice que los sujetos trans son sujetos políticos en un sentido amplio de lo que esto significa.”Mauro Cabral lo acercó a los Principios de Yogyakarta (sobre la Aplicación del Derecho Internacional de Derechos Humanos a las Cuestiones de Orientación Sexual e Identidad de Género) y es así que el 8126 fue un proyecto que pedía no solo rectificación del documento sino también derecho al acceso a la salud integral, instancias que anteriormente eran presentadas por separado.
Y el 9 de mayo cuando el mismo Mauro lo nombró y lo invitó a hablar Emiliano solo pudo llorar de emoción. Todas, todos, todes, todxs, tod@s aplaudimos y nos emocionamos a la par suyo. Yo ahora pienso lo bueno de que haya sido tan malo en álgebra y haya virado hacia las leyes.
Emiliano
Y dale, seguimos hablando de leyes.
“Mi activismo es mi vida cotidiana” se ataja, pero logro sacarle data muy interesante, por ejemplo: le gustan las películas de ciencia ficción, el cine independiente y el iraní, es fan de Julia Roberts, está leyendo 2666 de Roberto Bolaños, ama los chocolates y su comida favorita son las milanesas con papas fritas, anda en bici, va al teatro y como de chico tomaba clases de dibujo ahora lo disfruta como hobby. Daniela Ruiz que está en la mesa con nosotros le pregunta por su estado civil, él responde.
Disfruta no siendo ese abogado clásico que todos imaginamos sino más bien uno que se puede volver amigo de la otra persona. Para mí es un gusto encontrar una persona en la charla y hace entender de donde sale tanta fuerza para seguir luchando, porque me deja en claro que esto es un comienzo, que queda mucho por hacer y vuelvo en mi mente al Congreso y en la cabeza me suena fuerte el grito de Lohana Berkins: ¡SI, SE PUEDE!
Por Lucas Gutierrez/SentidoG
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