Las dos chicas reconocen que no son homosexuales. Aun así, se plantaron en mitad del acto de protesta en Marsella y, en un “gesto de pura y simple solidaridad” con los homosexuales, se fundieron en un beso.
Julia y Auriane, de 17 y 19 años, se encontraron por casualidad en una manifestación convocada en la localidad francesa de Marsella en contra del matrimonio gay. Era sólo una de las protestas celebradas en 75 ciudades del país. Todas con el mismo objetivo: decir no al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la posibilidad de que pudieran adoptar.
Las dos chicas reconocen que no son homosexuales. Aun así, se plantaron en mitad del acto de protesta en Marsella y, en un “gesto de pura y simple solidaridad” con los homosexuales, se fundieron en un largo beso.
El beso se produce en un momento crucial para el movimiento político en favor de los derechos de homosexuales, bisexuales, lesbianas y transexuales, ya que se debate la introducción en Francia del matrimonio gay.
¿Por qué lo hicieron? Las dos jóvenes explican que "no hay que ser homosexual para estar a favor" del matrimonio gay, en declaraciones a la revista gay Tetu. "Es un gesto de solidaridad, ni más ni menos. Estoy a favor de lo que esos manifestantes no quieren", aseguró Julia, que reconoce que también quería provocar a una multitud hostil hacia el matrimonio gay.
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