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| Los turistas gays quieren ser recibidos con amabilidad y respeto, pero también con ternura y cariño, ¿por qué no? |
El turismo especializado empieza en el momento en el que conocemos las necesidades concretas de un segmento específico. Por ejemplo, el turismo deportivo normalmente se ubica en torno a grandes campos de fútbol y otras instalaciones, y trabaja normalmente con grupos y muy estacionadamente. El turismo de reuniones en el área financiera de las ciudades, tiene su temporada baja en agosto, se concentra normalmente de lunes a viernes, y requiere de lugares de ocio y restauración con servicio rápido y conexión wifi inexcusablemente.
Podríamos desarrollar las necesidades de cada tipo de turismo muy ampliamente para destacar las mejores formas para trabajarlos. Pero queremos resaltar uno en concreto: el turismo gay. Y en cuanto a sus necesidades, sería muy importante resolver una serie de dudas que le rodean.
Sí que es cierto que a muchos gays les apasiona el diseño moderno, pero no a todos. Sí que es cierto que muchos gays deciden un destino en función de los locales de ambiente nocturnos que haya en la zona, pero insistimos, no todos. Y también es cierto que muchos gays adoran los destinos de sol y playa, pero como decimos, no todos. Lo que sí que une a prácticamente la totalidad de los turistas gays es que en ese lugar donde pasan sus fines de semana, sus vacaciones o sus viajes de negocios quieren ser recibidos con amabilidad y respeto, pero también con ternura y cariño, ¿por qué no?
El turismo gay es un fenómeno relativamente joven que aún se está construyendo, del que las tendencias que se marquen hoy serán las pautas que se sigan mañana. Para cimentar esta estructura hay que hacerlo desde bases ejemplarizantes. Y con ternura y el cariño se pueden construir rascacielos. (Javier Checa).-
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