}
{
>Bienvenido...Este portal apoya la igualdad. Comentá las noticias, tu opinión es valiosa. Gracias!

martes, 24 de julio de 2012

El Gobernador cordobés De La Sota cree que los billetes valen más que las personas


“Es más fácil sacar un documento de cambio de sexo que comprar dólares”, le dijo el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, al programa El Show de la Mañana, del Canal 12 de su provincia.
Tiene razón.
Por suerte que tiene razón.
Más allá del debate sobre las restricciones a las operaciones de cambio aplicadas por el gobierno —debate que podría darse sin necesidad de mostrar estúpidamente, como lo hace el gobernador, su desprecio a la dignidad humana de las personas trans—, es elogiable que hoy, en la Argentina, los derechos humanos fundamentales de las personas, como el derecho a la identidad, sean más importantes que una simple operación de cambio.
Que seres humanos valgan más que billetes.
De la Sota podría haber usado otro tipo de comparación, pero eligió usar esa. Y su elección deja en evidencia, como en un acto fallido freudiano, lo que piensa y siente sobre los avances extraordinarios que el país conquistó en materia de derechos humanos de la población LGBT. Y que use ese ejemplo para criticar al gobierno nacional muestra cómo le molesta todo lo que el gobierno nacional ha contribuido para que esos avances fuesen posibles. El pez por la boca muere y deja en claro que esto no le gusta, que su cabecita reaccionaria está enojada con esos avances, que hubiese preferido que no existieran.
“Es un insulto”, le respondieron desde el Movimiento Popular por la Igualdad de Córdoba. “Es más grave aún teniendo en cuenta que durante el primer gobierno de De la Sota, Vanesa Ledesma fue torturada durante cinco días por la Policía de la Provincia de Córdoba y luego asesinada. Antes que continuar insultando a la diversidad, el gobernador debería esclarecer el crimen de Vanesa Ledesma y dejar de encubrir a los agentes policiales que la torturaron y asesinaron”, agregan.
Y, sí. De la Sota muestra lo que piensa de la dignidad humana de la población trans de varias maneras. También lo hace manteniendo la vigencia del artículo 45 del código de faltas provincial, que podría ser derogado si su gobierno enviara un proyecto a la Legislatura y pidiera a sus diputados que lo aprobasen. Ese artículo permite a la policía meter presas o extorsionar a las travestis y transexuales que recurren a la prostitución como forma de subsistencia, porque el gobierno de la provincia no desarrolla políticas públicas de inserción laboral e inclusión social para darles otras alternativas. Hay gobernadores, como él, que piensan que muchas travestis se prostituyen porque tienen ganas, porque les gusta estar de noche en una esquina, muertas de frío, semidesnudas, esperando al tipo que les va a pagar una miseria por chuparle la pija. Cree el gobernador que lo hacen porque es su vocación y que no les gustaría ser cajeras de banco, enfermeras, abogadas, maestras de escuela, telemarketers, ingenieras, secretarias, concejales, dueñas de una pyme, médicas, cocineras.
Hay una mirada ignorante, prejuiciosa y deshumanizada de algunos políticos que no se dan cuenta que muchas trans se prostituyen porque no les queda otra. Y que no les queda otra porque ni DNI tenían, porque las echaron de casa y de la escuela cuando eran chicas, porque se acostumbraron a convivir con la calle y la policía, porque no las toman en otros trabajos, porque hasta el gobernador las usa irónicamente como ejemplo de lo que no le importa un carajo.
No se da cuenta el gobernador de que la ley de identidad de género que él ridiculiza con su comentario fue el primer gran, enorme, histórico paso que dio el Estado argentino para dar vuelta esa historia y devolverles la dignidad de tener un nombre y el respeto como personas. Y que ahora falta que haya otras políticas de reparación que permitan incluirlas e impedir, también, que las próximas generaciones nazcan excluidas.
Y eso es mucho, muchísimo más importante que comprar dólares.
La política se hace de decisiones, de prioridades, y también de gestos. No fue un dato menor que, en un país que durante tanto tiempo trató a las personas travestis y transexuales como si no fueran gente —y social y culturalmente todavía necesitamos trabajar mucho para que se deje de hacerlo—, la Presidenta de la Nación haya entregado personalmente sus DNI a muchas de ellas en la Casa Rosada. Fue todo un gesto. De la Presidenta, pero también del Estado. Y fue la primera vez.
Ese gesto contrasta hoy con las palabras ofensivas, ignorantes y reaccionarias del gobernador De la Sota. Ese gesto, como las decisiones de una y otro. Y de tantos más, en uno y otro sentido.
Ojalá que los cordobeses y las cordobesas tomen nota de esos contrastes. No podemos seguir teniendo gobernadores así, que creen que los billetes valen más que las personas y que la dignidad humana sólo existe para algunos. (Blog tod@s).-

Queens & Kings